Redacción
Culiacán, Sin.- Con la detención del ex secretario de la Defensa Nacional ha venido de nuevo el escándalo, la cruda revelación de la farsa de la guerra contra el narcotráfico en el sexenio de Enrique Peña Nieto, continuación de la política de seguridad de Felipe Calderón, a quien le arrestaron también al arquitecto de su simulada guerra contra el crimen organizado.
Con la detención de Cienfuegos ya se comenzó a filtrar los documentos del Departamento de Estado y sus relaciones subrepticias con el narco.
En la acusación formal difundida en redes sociales de la Corte Federal de Nueva York, esa por donde fue juzgado y sentenciado El Chapo Guzmán a cadena perpetua, se lee que el ex alto mando de la Sedena cuenta con cinco cargos por tráfico de drogas a Estados Unidos.
Pero hay algo que cobra especial relieve. Su alias. En el documento se le pone el a.k.a de “El Padrino”.
Estos alias muchas veces son tomados de las declaraciones de testigos protegidos, quienes aportan informes a la autoridad gringa y sapean secretos de las más altas esferas.
Salvador Cienfuegos era conocido como “El Padrino”, por quien lo estaba señalando de estar involucrado con el crimen organizado.
A Culiacán vino aquella vez de principios de octubre de 2016 días después de la masacre de 5 soldados en la zona norte de Culiacán.
Presenció las honras fúnebres de los militares caídos y llamó “bestias” a los sicarios. Ordenó una batida en contra de las huestes del Cártel de Sinaloa, pero al final, el caso quedó impune y el Ejército lastimado hasta lo profundo de sus cimientos.
Hoy Cienfuegos “El Padrino” es trasladado para su presentación en la Corte de Nueva York y al igual que Genaro García Luna, su caso desentraña la maldita mentira de la guerra contra las drogas…
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