Columna Institucinal de LA PARED
SERÁ BUENO REVISAR las tarjetas de anotación de cuando el ya fallecido exgobernador Renato Vega Alvarado jugaba golf y compararlas con las de Quirino Ordaz Coppel para de esta manera hacer las odiosas comparaciones.
No hablamos de política y administración pública sino de deporte, que conste.
Se recordará que a RVA el golf “lo chiflaba”, que lo practicaba casi a diario pero no llegó a los niveles del actual gobernador de Sinaloa, a quien se le ha visto jugando al lado del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, lo mismo que en “matchs” contra el gobernador del vecino Chihuahua, Javier Corral, a quien la “careada” sirvió para que los medios de su entidad y aún los nacionales, se le fueran a la yugular.
PARA SEGUIR EN EL marco de las comparaciones históricas, recordemos 1993, mes de Enero, y la revista “Proceso” consignaba “Como en los viejos tiempos, en Sinaloa vuelve a enseñorearse la violencia: en 20 días de gobierno de Renato Vega Alvarado, se han registrado, por lo menos, 60 asesinatos, principalmente vinculados con el narcotráfico. Las bandas se disputan la región en pleno centro de la capital.”
“Es el narco-terror”, dice la gente La “narco-política” —coinciden partidos políticos de oposición, empresarios, dirigentes campesinos y la Iglesia— ha regresado a la entidad con Renato Vega, agregan, ha vuelto la gente del exgobernador Antonio Toledo Corro
Y lo que más duele, denuncian, es la impunidad piden, incluso, que el ejército intervenga, con “todo y las consecuencias que esto pueda tener”.
Así la historia.
AQUELLA APRECIACIÓN DE QUE DURANTE seis años RVA “nadó de muertito” pareciera ser que se repite en la actual administración. No hay quien pueda identificar señales claras que mande Quirino acerca de su estilo de gobernar, pareciera que estos ya casi tres meses han sido un laboratorio, un taller de pruebas para más o menos “ir viendo” y ya después “meter mano”.
Todo pareciera estar en fase experimental, incluso el gabinete, que hasta ahora ha sido un cómodo refugio para quienes muy fehacientemente se han encargado de propalar la trillada versión de que la anterior administración no les dejó ni para papel de baño.
Parea el ciudadano común y corriente, mucha y pobre excusa. El barco parece andar sin brújula ni capitán.
EN EL CRUCE DE Emiliano Zapata y Nicolás Bravo, en Culiacán, muy seguido se observa a un grupo de jóvenes a quienes su indumentaria revela como bomberos, quienes se pasan el día “boteando” para hacerse de recursos precisamente para la muy Heróica institución la cual hoy, se halla en el centro del debate.
El incendio registrado en una plaza comercial de la capital del estado puso al descubierto que los bomberos no cuentan con equipo ni material. Deje usted que no cuentan con mangueras, más grave es que no dispongan de ¡agua! para sofocar llamaradas, tal y como se comprobó hace días.
Construcciones en donde se colocan hidrantes solo para ser parte del paisaje y los cuales son aprobados por quienes están a cargo de “eso” llamado Protección Civil que seguro no entienden el concepto o se pasan de corruptos al darlos por buenos.
Mientras el (sí) poco “H” Congreso Local se quiere cubrir de gloria anunciando que modificarán las leyes correspondientes para evitar de una vez por todas que los “tragahumo” andan haciendo su trabajo sin tener lana, desnudando carencias y desprotegidos ante los altos riesgos que corren. Ya parlotearon sobre el tema los “pastores” Irma Tirado y Roberto Cruz, presidentes de la JUCOPO y de la mesa del poder legislativo.
Por sí o por no, más vale que sigamos aportando a los que “botean” porque si esperamos a nuestros “H” legisladores capaz y aquí nos da la Navidad.
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