EL ISN: EMPEZANDO CON EL PIE IZQUIERDO

La imposición de Quirino será un costo que la clase política tendrá que pagar

Cynthia Valdez

El antecedente fue aquella plática con un pequeño grupo de empresarios, las razones en el “cara a cara” con Mario López Valdez. El tema de las jubilaciones y pensiones quita el sueño a Quirino Ordaz Coppel y el experto en finanzas sentenció el golpe de autoridad: aumenten el Impuesto sobre la Nómina.

Un desaguisado en el cual no se valen los deslindes, las excusas o las justificaciones. El poder ejecutivo y el legislativo salen embarrados de culpa luego de tal vez, uno de los peores deslices “institucionales” de los últimos años.

El aumento del 100 por ciento al ISN ha tenido como efecto inmediato la irritación y el coraje de la clase empresarial con el gobierno que aún no toma posesión, algo que se ve como agravante en el caso. Quirino impuso a MALOVA y al congreso la determinación, los aludidos actuaron con inusitada rapidez y vía “súper fast track” concedieron una aprobación cuyos efectos van más allá de lo meramente económico.

Mala señal

El desplegado de la COPARMEX debe quedar para la historia, calificado por algunos como uno de los más contundentes de la historia en la relación gobierno-empresariado en Sinaloa: “Diputados del PRI, PAS, PANAL y PVEM traicionan a la sociedad sinaloense”. Duro y a la cabeza.

En su texto, juicios sin contemplaciones, implacables: “entendemos que el gobierno estatal se encuentra en una grave “emergencia financiera”. Sin embargo, sabemos que esta ha sido ocasionada por la ineficiencia, deshonestidad e irresponsabilidad de gobiernos anteriores y el presente”.

Nada de “suponer, directo al “sabemos”. No se salva MALOVA, lo ponen dentro del mismo saco. Y lo sabido, lo que no puede evadirse es que la propuesta viene directamente desde las oficinas del próximo gobernador del estado.

Sin entrar en funciones, Quirino ha comenzado con el pie izquierdo, la decisión le “arruga” un camino que se advertía “planchado”. Pierde en la víspera el voto de confianza de un sector al que prometió cuidar y que hoy duda de las intenciones que dejó ver cuando candidato.

Que esta decisión no haya tenido un previo consenso, que haya sido previa y debidamente “socializada”, no es de extrañarse. Para nadie es desconocido que no es la habilidad política la que distingue a Quirino.

Peor todavía, poca ayuda le han podido dar quienes desde el Congreso dieron su voto a favor de la iniciativa, empezando con Aarón Rivas Loaiza, operador del aumento al ISN y a quien le correspondió la ardua tarea de intentar justificar el aumento que hoy polariza a Sinaloa. Entre lugares comunes y subirse al discurso de Quirino, tal vez el diputado priista haya amarrado algo más que indulgencias del nuevo gobierno.

Peor aún, escuchar al ahora diputado Víctor Corrales Burgueño, del PAS, minimizar el impacto del incremento y reducirlo, en intención, a casi “cero efectos” y atribuir su rechazo a “cuestiones políticas”. Lejos de atenuarlo, avivó el debate al decir que el voto en bloque a favor de la iniciativa de su partido no fue “porque haya habido negociación para que a la UAS le dieran cien millones de pesos más”.

Nada o nadie le ayuda al gobernador en camino y peor sería culpar a su antecesor. La jornada la ha empezado con el pie izquierdo.

 

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