Por Ana Julia Fernández Cruz
(Columna invitada)
Parafraseando el título de la película satírica “Estas ruinas que ves” podemos hacer una analogía de la trama de este clásico con la actual situación del otrora fuerte y unido Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán (STASAC), hoy debilitado y reducido a su mínima expresión, como un edificio en ruinas sepultado por el polvo.
El STASAC es Gloria, la protagonista de la película, una mujer enferma del corazón que puede morir si llega a casarse. Paco, que podría ser en este caso Julio Enrique Duarte Apan, se siente atraído por Gloria y la acecha, la piensa, la sueña, la piensa, aunque sabe que ella se ve con otros hombres e incluso le es ajena porque está comprometida.
El STASAC también podría ser Sarita de la Ley de Herodes del mismo autor Jorge Ibargüengoitia. Sin embargo, la relación entre Julio Duarte y el STASAC es una mezcla tóxica llena de intriga con irrupciones violentas y actores dispersos, es un acto de adulterio que daña a la familia, a los hijos, que en este caso son los trabajadores víctimas de una administración que se ha distinguido por puras barbaridades.
Ha quedado registrado para la crónica histórica la manera en que durante un año Julio Duarte ha burlado y quebrantado las conquistas sindicales. Es una historia trágica en el corto plazo y son la suma de desafortunados episodios que están condenando a enterrar al STASAC en el mediano plazo antes de llegar a su medio siglo de existencia.
El próximo 16 de mayo, al cumplir el STASAC su 46 aniversario, Julio Duarte cumplirá su primer año al frente y todo indica que será recordado no solo como la más gran decepción sino como el peor secretario general de este sindicato de todos los tiempos.
Su primer año ha estado marcado por desatinos, falta de oficio, ausencia de gestiones y pérdida de conquistas laborales. Su periodo concluye en 2023: faltan dos años que para muchos parecen dos siglos ante la pésima y nula “dirigencia”.
Lo cierto es que los trabajadores están indefensos y sin representante sindical ya que ha quedado demostrado que Julio Duarte no sabe negociar ni establecer diálogos constructivos porque es un tipo débil y sin palabra que únicamente sabe confrontar y generar conflictos reduciendo el histórico movimiento sindical, patrimonio de los trabajadores de la comuna, a un patético acto circense en los arrabales.
No voy a enumerar los yerros de este joven que no ha resuelto las demandas de la base sino que sin juzgar con dureza diré únicamente lo que es evidente ante la realidad objetiva: no tiene la capacidad para desempeñar el cargo y su permanencia en la secretaría general causará más daño al STASAC, paralizado e inoperante, sin conseguir siquiera los apoyos más básicos para los trabajadores.
Lamentablemente, como cereza de este infausto pastel, erosionando todavía más las ruinas del STASAC, Julio Duarte se concentró ya en la elección del 2021 hipotecando al sindicato con el candidato del PRI Faustino Hernández.
Con muchas cuentas por pagar y sus finanzas enfermas, el panorama del STASAC es de crisis pues los conflictos no cesan desde que asumió Julio Duarte la secretaría general y la última negociación colectiva previa a la licencia que solicitó el alcalde Jesús Estrada Ferreiro fue otro rotundo fracaso. A merced del patrón, un alcalde necio e intransigente que busca la reelección, ese acuerdo viciado surtió efecto a partir del pasado 6 de marzo y las decisiones equivocadas de Julio Duarte siguen causando un gran daño al otrora fuerte sindicato del STASAC.
Lamentablemente la venta del sindicato en la elección 2021 se ha consumado sin ningún escrúpulo y lo de menos, desde hace un año, ha sido la defensa de los derechos de los trabajadores.
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