Un cuento de amor y pasión
Francisco de Asís Solís R.
Alta y delgada, me tenía subyugado. A diario la observaba de lejos. Me parecía presuntuosa.
Hasta le tenía algo de coraje. Inexplicable en mí, ya que amo demasiado a las mujeres y más jóvenes como Lucía. No tengo nada de misógino, como ustedes se imaginan.
No trataba de aproximarme a ella. No tenía caso, pensaba a diario.
Entonces a su jefe le pedí un favor y la presentación fue directa. Me desarmó. La muchacha resultó de excelente carácter y comprensiva ante un hombre de casi 60 años, que el amor de toda clase, le ha sido negado casi al 100 por ciento. Con Dios, me basta, ha sido mi lema.
Ella, todas las tardes, me escucha, mientras escribo mis columnas para La Parednoticias.com y edición impresa.
Nos damos consejos mutuamente y ello ha fortalecido nuestra sana amistad.
Dicha amistad se fortaleció, ya que su mamá se enfermó y Lucía estaba inconsolable. Me causó ternura y siempre la he apoyado.
Desde muy joven he escuchado a mis amigas y amigos. De una de ellas, lo confieso, me enamoré en forma platónica.
Y subió de tono, por mi culpa por mi grande culpa, dirían los católicos. Hasta descubrí, antes de que casara, que me regalaba dulces, semiabiertos y sentía una emoción tremenda, ni podía dormir.¡Estaba embrujado! Siempre me ha quedado la duda.
En una ocasión se instaló un vidente cerca de mi casa y nos hicimos amigos. Le conté mi caso y me dijo que volviera otro día para hacerme un “trabajito” especial para saber si realmente la Aida Roxana me había embrujado.
Afortunadamente consulté con la almohada y resultó que no debía asistir.
Esa madrugada, el vidente fue asesinado por un presunto amante, que nunca fue detenido.
Luego conocí a cuatro muchachas de la colonia Independencia, y las mantuve como seis meses, hasta que consiguieron trabajo y tres de ellas, se unieron a presuntos narcotraficantes. Para no tener problemas, me alejé de su hogar como perro sin dueño. Y más al recordar que, las había besado apasionadamente y la mafia no perdona.
Hasta que encontré a Marisol, una linda y dulce muchacha que vivió conmigo en unión libre durante 6 años, hasta que me dejó por un plomero que supo ser más comprensivo que un servidor.
Estoy tranquilo con la amistad de Lucía y ya no he buscado novia. Y ahora en mi casa mi amiga Zulema tiene una cocina económica y me hace compañía de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, mientras ofrece sus ricos y suculentos platillos.
UN ASESINO EN SERIE
Nadie sabe de dónde proviene. Tampoco nadie lo ha visto, salvo las víctimas mortales de sus ataques.
Ataques con el temible machete. Como en las películas basadas en hechos reales, un hombre asÍ lo presumen por la fortaleza que demuestra en atacar a sus víctimas sale antes de las seis de la mañana.
Ya ejecutó a machetazos a un hombre y una mujer.
Estos pastoreaban en un terreno que pertenece al ejido de las Flores, mismo lugar donde se ubica el asentamiento humano conocido como INFONAVIT Las Flores.
Es en un trecho donde está un canal que empieza en el Boulevard Lola Beltrán, que enlaza ese complejo habitacional. Se mueve sigiloso, sin hace ruido. Avanza entre la maleza y sale a atacar.
Con el filoso machete sorprende a sus víctimas, por la espalda.
Ya en el suelo tasajeaba a sus presas, que gritaban desesperadas por la sobrevivencia.
El asesino de la colonia INFONAVIT las Flores, sigue suelto. Su mente emana furia. Los investigadores le han tendido trampas, pero no ha caído.
Quizás se moviliza en auto. Desaparece en cuestión de entre dos y cinco minutos.
Los cuerpos inertes han sido encontrados, hasta en 30 minutos después de ser ejecutados.
La Policía Militar es alerta y llega tarde. Huellas y más huellas deja este asesino del machete.
Y… transcurre otro mes y su idea es atacar.
Mientras, maestras y vecinos viven con temor y terror. Tienen miedo que salga de su territorio y se extienda a otras áreas cercanas y utilice su machete para matar.
“Me da miedo venir a trabajar, paso por ese canal a toda velocidad, sin voltear ni a los lados”, comenta María, una atractiva maestra de primaria.
Ella viaja todos los días acompañada de su hijo Antonio, pensando que el asesino del machete los puede detener y atacar.
Agentes de la PGJE están investigando sin logros aparentes. Tendrán a lo mejor información reservada y sigue el miedo.
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