Juan Esmerio Navarro recrea el paso de los chinos por México

Por Sergio Ceyca

A finales del siglo XIX se realizaron diferentes convenios entre los gobiernos de México y de China, entre los cuales se permitían la entrada de ciudadanos de cada país al otro, sin mayores trámites. Fue así como el norte del país recibió gran cantidad de inmigrantes chinos que, con el paso de los años, fueron integrándose a la comunidad hispanohablante, ya fuera como comerciantes o como trabajadores.

Juan Esmerio Navarro (Sinaloa, 1965) rescata este contexto para la escritura de su novela Tu nombre chino, publicada por la editorial independiente Nitro/Press. La novela se presentará este sábado 18 de mayo, a las 18:00 hrs., en el foro stand de Sinaloa en la Feria del Libro de Coahuila 2019, en el Centro Cultural Arteaga, en Coahuila.

Desde su primer cuaderno de poemas, Las pertenencias del mar (1989), Juan Esmerio Navarro fue creando un aliento narrativo en ciertas prosas, que germinó en la publicación de Patasaladas (2004), Mantarraya (2010) e Islas de Mar y río (2013), y dándole oportunidad de incursionar en la narrativa, genero en el que es autor de los libros de relatos Meteoro y otros libros de Sol (2007) y de El profesor de la escafandra (2013).

La novela narra las peripecias de un joven chino llamado León Chucuán que llega al puerto de Mazatlán, Sinaloa, para incorporarse a la colonia asiática, quienes le consiguen trabajo en una posada y, al poco tiempo, con un yerbero. Durante su estadía se apropia de la ciudad, el idioma y se enamora de una mexicana que facilita su tránsito a una cultura a la que, más que comprender, busca integrarse.

Para recrear este mundo, ya inexistente, Juan Esmerio Navarro tuvo que revisar archivos (tesis y libros del Mazatlán antiguo) para documentarse: “En la información que encontré hubo chinos que se marginaron, pero también los que se integraron a la cultura mexicana del lugar donde les tocó desarrollarse (sea Sonora, Sinaloa o Baja California), entonces mi chino pertenece a esa clase de viajeros que quiso entender la ciudad, conocer el idioma y disfrutar. Hay que recordar que, en el puerto, la migración asiática era principalmente cantonesa, es decir del mar del sur de China, de alguna manera conocían el mismo mar, entonces mi personaje se integra, también a ese paisaje natural”.

Como punto de partida para el autor mazatleco estuvo el cuento Las palabras silenciosas, de Inés Arredondo, que narrar la historia de un chino en Eldorado ficticio que la autora sinaloense creó en sus relatos.

“En otras ocasiones he manifestado con amigos que, de alguna manera, y con respeto, esta novela es como la amplificación de esa obrita maestra. En que en su época Arredondo, a lo mejor, no pudo acceder a la información que yo, ahora, sí accedí y que está disponible con un poco de trabajo. De hecho, la novela tiene un epígrafe de ese cuento aunque yo, de inmediato, pongo mi distancia en cuanto a técnica porque en ese bello texto nadie sabía el verdadero nombre del personaje, el único que lo sabía era él, entonces yo, por eso, quise que el nombre de todos mis personajes, fuera en cantonés o en español, se oyeran desde el principio del libro”.

Sobre la importancia de la reconstrucción de aquel Mazatlán ya inexistente, Juan Esmerio comentó que lo que le interesaba era recrear una sensibilidad en la lengua, en las emociones de los personajes, una sensibilidad.

“El proceso de adaptación de mi personaje es complicado porque resuelve con su carácter, los nuevos amigos y la ayuda de la colonia china. Tu nombre chino es un viaje por un puerto salpicado de islas, una novela que explora el encuentro de una cultura emergente y otra milenaria, y recrea los orígenes y el destino de una comunidad, la asiática, que sigue viva en el noroeste de la República”.

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