Una apuesta por la transformación
(Columna Institucional)
Ya este fin de semana cae la última ficha del Movimiento de Regeneración Nacional para nombrar a los candidatos y candidatas a las alcaldías y diputaciones locales por Sinaloa, pues desde el Comité Ejecutivo Nacional lograron estirar la liga hasta el último momento para procesar todos los perfiles convenientes para el partido que, hoy por hoy, ostenta la Presidencia de la República en la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En Mazatlán todas las señales están para que, sin ningún contratiempo, se le otorgue la reelección al alcalde con licencia Luis Guillermo Benítez Torres, El Químico, quien luego de rechazar la alianza en común de Morena con el Partido Sinaloense, se sentó con Héctor Melesio Cuén Ojeda para “hacer las paces” y fumar la pipa de la paz…
¿Por qué? Al final de cuentas el candidato a gobernador, Rubén Rocha Moya, sabe que Morena no tiene estructura en Sinaloa, se trata de tribus que no están unidas, que no guardan ninguna disciplina y que ante la mínima reacción, estallan como polvorín en fiesta de rancho. No lo decimos nosotros, también lo dicen los mismos morenistas. Lo saben, lo saben…
De ahí la insistencia del Senador para que el PAS arrope con su estructura un proyecto que va para larga data, como es obtener la gubernatura y continuar con la Cuarta Transformación en Sinaloa. Por eso El Químico tuvo que disciplinarse, para seguir en el barco, al final la negociación es que él es quien tiene las posibilidades de luchar contra Fernando Pucheta, de la alianza PRI-PAN-PRD, quien goza de una amplia aceptación entre los mazatlecos.
Culiacán, la fortaleza de El Trébol
De este modo, y en esa misma lógica, el único que puede luchar contra la estructura mejor aceitada del PRI en Culiacán es Gerardo Vargas Landeros, un político que por años se ha dedicado a trabajar una estructura que puede marcar la diferencia.
Es más, al interior de Morena, incluyendo a los puros, saben que ni la diputada Graciela Domínguez Nava, ni la diputada federal Merary Villegas Sánchez ni el alcalde con licencia Jesús Estrada Ferreiro, tendrían oportunidad de combatir la estructura del PRI bajo el nombre de Faustino Hernández.
¿Creen que con llevar la marca Morena es suficiente sin ninguna estructura y conocimiento de la calle, el territorio, contar con los operadores de tierra? En esta elección es imposible. Para ganar se necesitan votos y esos se obtienen mediante un trabajo que se hace de colonia en colonia, de cuadra en cuadra y calle por calle… ¿Quién reúne esto?
Ellos lo saben y lo dicen, aunque les es difícil aceptarlo. Gerardo Vargas Landeros siempre ha acostumbrado a visitar las colonias populares y las comunidades porque él mismo lo dice: hay que escuchar la voz de la gente con sus problemas.
Es más, las propuestas que trae, son aquellas que a lo largo de foros y de todo un recorrido se le ha hecho llegar. Cuando fue secretario General de Gobierno, Vargas Landeros tenía una política de puertas abiertas, era uno de los funcionarios más accesibles y las gestiones que hacía entonces, y siguió a través de Fuerza Trébol y la asociación Generando Valores y Liderazgos, no se quedaban en simulación. Muchas historias que no salen en la prensa lo confirman.
En Culiacán, desde hace años, Vargas Landeros cuenta con el amplio conocimiento, obtenido en persona por la cercanía con la gente, pero también gracias a una gran red de colaboradores que le hacen llegar las propuestas y visiones.
Y aunque tampoco fue publicitado, en la parte más fuerte de la pandemia, salieron a brindar un poco de apoyo a la ciudadanía, en las colonias y comunidades. Enfrentar la pandemia ha sido un largo y duro reto, pero la sociedad ha resistido gracias a la gran resiliencia y tesón que tiene el pueblo culichi. A Vargas Landeros se le vio en todos lados, menos en su oficina sentado.
Para quien no sepa, Fuerza Trébol es un movimiento político y social que está integrado por gente de todas las profesiones y diferentes ideologías, porque las diferencias se solucionan a través del diálogo, y eso lo sabe Gerardo Vargas, de ahí su fama de conciliador y operador. Pero siempre que se trate de trabajo, porque andar en las ideologías, decir mucho, sin hacer nada, entonces, ¿política para qué?