Por Sergio Ceyca
En medio de esta cuarentena nos acercamos a Maria Paula Gómez (Culiacán, 1996) para hablar de su trabajo en el grupo de teoría y literatura feminista Macheteras. Además, Gómez nos compartió el teaser de un trabajo reciente y aprovechó para hablar sobre el arte contemporáneo, la creación comunitaria y la salud pública.
El nombre con el que firma su trabajo es Bajada de la Sierra. Ha participado en colaboración con el Museo de Arte de Sinaloa como tallerista, panelista y ocasionalmente como escritora de textos museográficos. Ha recibido diversas becas y estancias en el interior del país, como el Verano de Investigación Científica y Tecnológica del Pacífico y ha participado dentro del marco de las actividades de la UNAM, en los programas del ICDAC-MUAC.
Tiene la exposición individual “Soy puta, soy hijo de puta” (Espacio Anómalo, 2016). También ha participado en la “Bienal de la Salud”, organizada por Obras de Arte Comentadas, en “Ejercicio 1” (Cuadrante 60, 2019), “La dinastía de los pájaros” (Galería Antonio López Saenz, 2019), “Susurros Urbanos” (Bucareli 69, 2017), y “Yo no sé pintura: vengo a aprender de ustedes” (Espacio Anómalo, 2017).
La Pared Noticias: Bueno, primero vamos por lo básico. El teaser de la pieza que nos muestras aquí, ¿en qué consiste?
Paula Gómez: Mis proyectos en general tratan sobre la institución de salud y cómo operan en nuestra localidad. Sobre cómo existe una falta de perspectiva de género cuando hablamos de derechos de salud de las mujeres, y cómo se entrecruzan la mercantilización y la obsesión de la medicina por nuestros cuerpos. También un segundo tema es la ausencia de derechos para que la mujer decida sobre su salud. Entonces, eso lo abarco en cada proyecto y, en este caso, el teaser es una animación hecha de la forma más sencilla y practica (porque no soy animadora) pero la técnica me sirve, como instrumento o herramienta, para llevar a cabo una crítica al cine y a la imagen hegemónica en general. Actualmente el cine mainstream acapara todos los medios y la forma de hacerlo es muy particular, ya no cabe la experimentación. Entonces, también basándome en la teoría y la crítica feminista del cine, trato de hablar de una anti narrativa en el video y para esto hice un banco de tres imágenes diferentes, la primera de un comic de Batman, la siguiente de imágenes de stock, y la tercera son imágenes de películas de cine que me gustan mucho. Primero aparece un collage porque uso imágenes de comics y las altero para hacer antinarrativas; en este contexto, por ejemplo, una de estas habla sobre la cacería de brujas, más es una imagen revertida porque es un hombre el que es quemado mientras una mujer habla hacia la cámara; no es una acción especifica sino un referente simbólico. Y las de la de imágenes de stock hacen referencia a la violencia simbólica sobre las mujeres: la forma perfecta de lo que debería ser lo común y lo normal cuando se habla de una mujer en su ambiente de trabajo. Entonces, el video se conecta se forma visual más que narrativa, tiene ejes pero no son hablados de una forma habitual en el sentido de que no tienen un movimiento. Y hablando, por ejemplo y en específico, sobre la violencia obstétrica, las imágenes de stock se relacionan bien porque habla acerca de que parece ser que el hospital sólo existe en nuestra imaginación y en los periódicos y sólo sus fachadas, y no hablan sobre lo visceral que es estar en uno.
LPN: De alguna manera la idea que tenemos de los hospitales es una ficción igual que la que podemos tener de los cuerpos de policía o de las empresas. Entonces, para ahondar un poco, ¿qué es lo que si ocurre en ellos? ¿Qué sería esto visceral de lo que hablar?
PG: Me refiero a las condiciones físicas de las instituciones de salud pública. Que muchas están en condiciones precarias al atender a sus pacientes; más que nada lo digo desde lo que me ha tocado vivir en las salas de emergencia. A veces ni siquiera hay suficientes camillas, o no tienen sillas para los visitantes. Además, no sabría decir si las condiciones del lugar son insalubres pero, al menos, sí lo parecen por la misma antigüedad que tienen. También se relaciona mucho con todos los fenómenos que suceden alrededor del hospital. Por ejemplo, el cómo se entrelaza con la narcocultura la institución de salud en el estado, hablando de que un día llegaron a matar a alguien a una clínica del IMSS en Culiacán. La violencia también incide en la salud pública. Y en el caso de la mujer, en particular, existe todo un entrelazado de violencias por las cuales sufrimos dentro de esas instituciones, que una es cómo atienden una emergencia médica en casos de violencia de género –cuando alguna mujer llega golpeada o ha sufrido algún tipo de lesión– y en estos casos existen protocolos, que no se siguen, para que los médicos no revictimicen. Es sabido que los médicos utilizan términos peyorativos para referirse a mujeres con dolor; existen muchos factores y herramientas de poder que pueden ejercer sobre sus pacientes y, por razones de género, discriminan y victimizan a las mujeres. Otra situación de discriminación son los casos de aborto. En nuestro país existe la norma 046 que dice que cualquier mujer que haya sufrido una violación puede hacer efectivo el derecho de abortar en una institución de salud; en caso de que esta no pueda realizar dicho proceso tiene la obligación de trasladarla de emergencia a un hospital donde sí pueda realizarse dicha operación. Sin embargo, sabemos cómo se mueve la ciudad: todo termina en negligencias médicas, casos no visibles que perjudican la salud de sus pacientes y las mujeres del estado. También existen historias de violencia por parte de mujeres que han dado a luz sobre los diferentes procedimientos innecesarios de cesáreas o la privación de alimentos, o revisiones vaginales repetitivas sin justificación. Hay un término médico que se llama episiotomía, que es un trabajo violento al cuerpo femenino, como una cesárea innecesaria, un procedimiento más que muchas veces se hace sin el consentimiento de las pacientes.
LPN: ¿Cuál es el destino de esta pieza, una vez que esté terminada?
PG: Forma parte de un proyecto aún en desarrollo en colaboración con la Galería “Antonio López Sáenz”, que es dirigida ahora por Carolina Escoch, y de un grupo de estudios de teoría y literatura feminista llamado Macheteras, dirigido por Natalia Gómez, que es mi hermana, e Itzel Avilez. El proyecto consiste en una revisión a los factores que configura la violencia particular que sufren las mujeres en el estado de Sinaloa. A raíz de este grupo de estudios decidimos empezar con talleres de producción artística para empezar a tejer el sentido, el estudio teórico y la creación de imágenes. También comenzamos con un taller de arte multidisciplinario, en el que cada una manifestó sus ideas para iniciar a trabajar de manera colaborativa en diferentes proyectos, o de forma individual, más todas conscientes del contenido que vamos a realizar y que probablemente vaya a formar parte de esta colaboración con la galería. Lo que decimos fue armar una exposición sobre un manifiesto que vamos a publicar. Éste se centra en tres ejes principales de la investigación constante que llevamos con el proyecto de estudios: primero, el trabajo entendido como labor doméstico no remunerado y el trabajo asalariado, el cual se duplica ya que vivimos en un lugar de constantes conflictos armados y pérdidas de vidas. Las personas que normalmente se hacen cargo de esas pérdidas son las mujeres que, en general, llevan la carga del trabajo reproductor, y sumado que formamos ya parte de un lado productor. Entonces, parte no sólo del trabajo del hogar sino también en la vida pública como asalariadas, lo cual lo hace un doble trabajo. Queríamos resaltar como parte del proyecto estas particularidades. En segundo punto, es el tema del hogar dependiendo de cómo lo entendiera cada una; y el último punto, es la vida pública, atendiendo el índice de feminicidios y las políticas públicas que señala reconocer nuestros derechos sexuales y reproductores, y por lo tanto nuestro derecho a la salud. Esos serán los principales ejes que llevamos Macheteras en colaboración con la galería, aunque aún está en proceso.
LPN: Comentas que todas estas platicas suelen llevarse a la mesa en el grupo de lectura de Macheteras. ¿Cómo es el diálogo ahí?
PG: Nos reunimos cada semana. Al iniciar la sesión se hace una revisión histórica e introductora sobre la autora, damos nuestras opiniones acerca del texto, nuestra relación con él, lo que opinamos, si tenemos que decir algo con referencia al tema, son conversaciones al inicio muy clavadas con lo que leemos, aunque ya iniciado el texto damos nuestras opiniones de manera más amena y más abierta. Parte del reunirnos al leer esto es analizar nuestras propias relaciones personales, y por eso se vuelve una amistad estrecha continuar asistiendo.
LPN: Lo que se dialoga en las sesiones, ¿se plasma en algún lugar? ¿Queda en registro?
PG: Normalmente las discusiones quedan en el aire, pero si han se han realizado proyectos alrededor de éstas. Por ejemplo, se hará la publicación de un poemario que hicimos en colaboración, el cual fue producto de un taller que dio Paola Llama Dinero, quien es una poeta de Guadalajara. Las lecturas y todas las discusiones tienen el propósito de hacernos de armarnos de valor para iniciar a escribir y producir, es una parte importante hacer esos talleres y proyectos en colaboración para que los diálogos no queden nada más en discusión de dos horas. Por eso también quisimos hacer la exposición colaborativa, reconociendo los factores que incidieron en la creación de esas piezas.
LPN: Tu estudiaste artes plásticas donde a nivel general se habla de la producción de arte con un fin a largo plazo profesional, como una carrera de vida donde formas parte del mercado, etc. En este caso no lo tiene, parecería tener un objetivo comunitario. ¿Qué nos podrías hablar sobre eso?
PG: Reconocemos que todas estamos tallereando juntas y que la intención de iniciar el taller de producción fue que cada una, desde sus intereses personales, con o sin experiencia, pueda desarrollar estas habilidades para hablar no sólo con el lenguaje escrito sino también con la imagen o con el sonido. Por eso es multidisciplinario, para que no tuviera la rigidez de un medio o una técnica. El taller va iniciando y vamos descubriendo juntas que lo primordial de cada proyecto es la razón de ser, y por eso es difícil reconocer en el arte y en los proyectos de arte contemporáneo la materialidad de la pieza, que no habla a la par del discurso; muchas veces el objetivo del arte contemporáneo trabaja en función de un propósito, en este caso es el preguntarte o reflexionar acerca de la violencia que sufren las mujeres en nuestro estado, preguntas que nosotras mismas tratamos de hacernos, y tener una discusión no sólo teórica sobre lo que opinamos, sino que también tenga una imagen que haga referencia y sustente esta opinión. Muchas cosas dentro del lenguaje no son del todas reconocibles y eso sucede con la imagen aunque comunique de forma inmediata el proceso de la lectura, lo cual es incierto porque no tenemos un manual de cómo leer las imágenes, y qué bueno que no tenemos uno. Si existen algunos que lo intentan, aunque no significa que los conozcamos. Para nosotras la imagen pueden significar muchas cosas, y existen muchas imágenes a raíz como lenguaje, que se utilizan como herramientas políticas o mercantiles, estás son las imágenes la mayoría, por eso existen muchas posibilidades de la imagen que no han sido vistas. Entonces, el propósito de hacer este taller con Macheteras, es que todas podamos entender esa parte fundamental, y por eso es importante reconocernos como creadoras, autoras y artistas, ya que es un trabajo que realizamos. No tengo nada en contra de la profesionalización del arte, fue algo que se me inculcó en la carrera. Hasta la misma universidad está consciente de que a pesar de tener la oferta académica, la oferta laboral no existe, es decir, realizarte de forma profesional como un artista en México es muy difícil, sino es que imposible.
LPN: ¿Podrías hablar con más detalle de esto?
PG: Tiene mucho que ver con el hecho de que los medios artísticos son, por así decirlo, monopolizados por los mercados de arte, de quien compra, entonces sólo el centro de México o algunas partes del sur tienen esas posibilidades para sus artistas, pero nuestra condición no es esa. Hay que reconocer una realidad y no estar produciendo como si fuéramos de otra ciudad sino entender la particularidad de esta. Realmente, no tiene sentido estar viendo nuestro trabajo de artistas a través de un espejo de primer mundo o de países que tienen una historia en el desarrollo del arte, su desarrollo, y cómo se ven los distintos tipos géneros del arte, el latinoamericano o el hecho por mujeres, por ejemplo; reconocer el hecho de sí, es parte discursiva, la decisión de que todo mundo puede ser artista. Esa es una realidad actual. Todos estamos básicamente instruidos para crear imágenes de formas instantáneas; los memes o los filtros de Snapchat, o las aplicaciones de nuestros celulares, sólo que eso también hace que existan muchas limitaciones de cómo hacerlo, ya existe esta imagen, y cómo tenemos que recrearla. El meme es básicamente la única imagen que no navega a través de sus filtros. Es reconocer que, por nuestra situación geopolítica y global con la expansión del internet, no va a ser igual nuestra relación con las imágenes. En mi practica personal yo opto por utilizar herramientas digitales para hacer mi trabajo practico, para hacer en cualquier técnica lo que yo quiero hacer. Es por eso que utilizo collage. La colaboración es nuestro gran enemigo en el sentido de que siempre ha sido vista, o no vista, porque los artistas trabajan sus proyectos con personas pero firman con su propio nombre; se invisibiliza la fábrica del arte. ¿Cómo es que se crearon todos esos murales y arquitectura católica en su momento? El artista no crea solo. Es por eso que todas estas campañas de mercadotecnia y publicidad, la industria del cine, siempre son a base de colaboración. Y la gran falla del arte es hacernos creer que podemos trabajar de manera individual sin reconocer que no existe tal cosa. Todo tarea es un trabajo, tiene relación con otra persona, y dependes de ella para realizar tu trabajo. La economía actual no da para que cualquier graduado de la universidad de artes pueda dedicarse cien por ciento al arte.
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