Por Sergio Ceyca
En plena pandemia, cuando el mundo estaba dejando el confinamiento con miedo, El David Aguilar (Culiacán, 1983) liberó su más reciente material discográfico, al que tituló Reciente. Desde su disco anterior, habían ocurrido muchas cosas y, por eso, en La Pared Noticias nos acercamos a entrevistarlo.
El David Aguilar es un cantautor mexicano que comenzó en 2003. En su obra se percibe la influencia de la música popular mexicana y latinoamericana, y el pop-folk de los 60s a los 90s. Hasta el momento ha publicado 4 discos: 2 de manera independiente; Ventarrón (2011) y El David Aguilar (2014); y Siguiente (2017). A los 3 últimos los denomina anti-álbumes, puesto que cada track es la última dimensión artística a perseguir, abordándolos cada uno junto a distintos productores e ideados/grabados en distintos tiempos y lugares, por lo que los discos se sienten como colecciones.
Ha sido invitado a colaborar en diversos proyectos por renombrados cantautores como Kevin Johansen, Jorge Drexler, Mon Laferte y Natalia Lafourcade. En septiembre de 2015 impartió un master class en composición en una de las escuelas más prestigiosas del mundo; Berklee College of Music, en Boston. En 2018 recibió 5 nominaciones en los Latin Grammy en las categorías Mejor Artista Nuevo, Canción del Año por “Embrujo”, Canción del Año por “Danza de Gardenia (FT. Los Macorines)” de Natalia Lafourcade, Álbum del Año y Mejor Álbum Cantautor por Siguiente.
En 2019 recibió la nominación a Mejor Canción Alternativa con Causa perdida, canción primera de un Adelanto de lo que acabaría siendo Reciente, su tercer anti-álbum publicado en 2020, con el cual ese mismo año obtendría su séptima nominación en Mejor Álbum Cantautor. Prepara para 2021 un álbum a guitarra y voz.
La Pared Noticias: ¿En qué momento decidiste elegir a la música como proyecto de vida? ¿Quiénes fueron tus influencias musicales?
El David Aguilar: Sabía que iba a ser músico toda la vida, venía desde chico por mi familia que era muy musical. Mis influencias principales fueron The Beatles, Queen, Chicago, como que mi conexión con la música fue a través de bandas inglesas, por mi papá que escuchaba mucho esas bandas. Entonces, inicié tocando covers de The Beatles, lo que podíamos tocar de Queen (porque es supercomplicado), y algunas de Chicago; hablo en plural porque es un camino compartido con el Rolti, que somos amigos desde que teníamos 8 años; y mis influencias, principalmente, son esas bandas; y al mismo tiempo, aunque sin ejecutarlo, Álvaro Carillo, José Alfredo, la música mexicana y mexicana que sonaba todo el tiempo en mi casa. Tengo una experiencia de haber cantado la canción “México lindo y querido”, que es una canción mexicana. Entonces, yo siento que crecí escuchando esas canciones: ya más grande, cuando me hice cantautor, surgió más esa raíz que el folk o el rock gringo, en inglés o europeo; como que me hacía falta ese equilibrio. Todo lo que tiene que ver con el rock y el pop y la raíz latinoamericana, son mis ramas principales.
LPN: Una de tus canciones más conocidas es “A la ventana, Carolina”. ¿Cómo surgió ésta?
EDA: Esta canción se la compuse a una amiga de Culiacán con la que compartía mucho en esos años. Entre 2003 y 2006, salíamos mucho juntos, éramos muy, muy amigos, yo la quiero mucho. Podríamos decir que es una canción de amor y fue un regalo de amigos. Recuerdo cuando se la canté, fue muy bonito; en ese momento estaba incursionando en el country, con melodías que me parecían de estilo más lejano, lento, y ésta es una de las primeras que siento que concreté.
LPN: La canción de “La corbata” es muy divertida y, al mismo tiempo, triste. ¿En qué momento surgió? ¿Ya te estabilizaste?
EDA: “La corbata” surgió en un momento de bastante vacío en la Ciudad de México, donde no tenía trabajo, no tenía dinero, no tenía nada. Sentía que no tenía ningún tipo de solidez formal, entonces pues era una expresión divertida, en ese momento. Es una canción que tengo un poco abandonada, pero debería recuperarla en algún momento. Ya me estabilicé un poco, sí.
LPN: “Rosa encendida” es una de las canciones que más me gusta de las que te he escuchado, ¿cómo fue el proceso de pasar de la versión de Youtube, la primera, a pasarla a tu primer material de estudio (El David Aguilar)?
EDA: Esa canción la grabé en el estudio con Hernán Hecht, que es el productor de ese álbum. Me encanta, es una de las producciones que más me gustan de ese disco (no me gustan todas, la verdad), y simplemente las versiones a guitarra y voz existen porque no había de más, pero siempre fue una canción imaginada con más instrumentos, con power band, entonces fue agradable.
LPN: Tienes un disco en banda y hasta le pones letra a “El niño perdido”. ¿Cómo nació este proyecto?
EDA: Ese disco nació por nostalgia de la música de viento ya viviendo en la Ciudad de México. Yo había pasado por mucho recorrido cantautoril, más en la onda de la trova, en otros estilos latinoamericanos; pero como que un día amanecí, desperté, y escuché al Niño perdido en la cabeza. Y me di cuenta de lo especial que es esa música. Y que es muy común caer en un error en el que yo había caído que es menospreciar la música norteña viviendo en Culiacán, porque ya sabes: si perteneces a cierto esquema social, es vista como música mala, como de mala calidad. No sé si tiene que ver el vínculo con la narcocultura, el pueblo, pero después me di cuenta que eso es absurdo, que es mucho más especial que las músicas de las que la gente se jacta que son buenas. Porque en Culiacán hay una onda muy fresilla, en cierta clase, de decir que sólo escuchan música en inglés, electrónica, pero de verdad no es una música que tenga más profundidad que la música de viento, la cual proviene de los países balcánicos, de Europa del Este, y tiene una historia antiquísima y es exquisita, es más especial y más única, y musicológicamente hablando, tiene más valor. Con esa reflexión me puse a hacer el disco de música de banda, como un homenaje a la música de viento del siglo 19 y del 20.
LPN: En Ciudad de México llevabas un proyecto llamado “El depa de los plebes”, en el que diversos músicos han tocado. Muchos de Culiacán (como Thania Luna u Obed Noriega) han estado invitados. ¿Cómo ha sido la experiencia del proyecto? El cual imagino que, por la pandemia, ha de estar detenido.
EDA: “El depa de los plebes” fue un gran proyecto que me cambió la vida y cambió la vida a muchas personas, juntó muchos proyectos y les dio exposición a muchos proyectos, hizo muchas uniones. Es probablemente uno de los proyectos más bonitos que he hecho, o en los que he colaborado. Sucedía todos los lunes en mi casa, en la colonia Narvarte, entre el 2014 y el 2019. Fue un proyecto muy especial. Tocó medio latinoamericana en mi casa. Y sí, ahí tocaron el Obed, la Tanía, ese sitio era, un poco, una embajada culichi, pero un poco de todos lados, simplemente como uno está cercano a los artistas culichis en la Ciudad de México, terminaban cayendo ahí.
LPN: Tu nuevo material (Reciente) está disponible en plataformas digitales. ¿Qué encontraremos en él? ¿Cuál fue tu proceso creativo con este? ¿Son canciones nuevas?
En Reciente encontrarán 15 canciones de muy distintas épocas, de distintas temáticas, muy diferentes entre sí, grabadas con productores diferentes. Es una colección de canciones sin un hilo conductor, es decir, podrían escucharse por separado las canciones y daría igual, no corresponden a un álbum o no intentan serlo. Y es mi más reciente material, por eso elegí ese nombre. Es mi segundo “anti álbum”, porque no lo considero un álbum en el sentido tradicional de la palabra y estoy muy contento con él. Estaré presentándolo cuando se pueda volver a tocar.
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