La explosión en Pemex y los rumores que la envuelven: Stratfor

En un artículo publicado por la agencia de análisis global y de seguridad, Stratfor, se analiza los posibles escenarios de que la explosión en el edificio B de la Torre de Pemex se trata de un atentado. Lo deseable, sostiene la publicación, es que se trata de un accidente, pero de tratarse de un atentado, todo cambiaría en el país.

Stratfor

Rumores no confirmados indican que un artefacto explosivo pudo haber desencadenado el 31 de enero una explosión en el sótano de la sede de Petróleos Mexicanos, mejor conocida como Pemex, en la Ciudad de México. Según otros rumores no confirmados, dos artefactos explosivos se encontraban en el edificio que no detonó. Si estas afirmaciones son ciertas, finalmente ofrecería claridad en la explosión, que dejó al menos 32 muertos y más de 100 heridos. La posición oficial del gobierno mexicano, según lo declarado por Director General de Pemex, Emilio Lozoya, es que el incidente parece haber sido un accidente, pero que el gobierno está llevando a cabo todas las líneas de investigación.

Aunque el autor del ataque posible es desconocida en este momento, el evento podría indicar un rango de posibles desafíos políticos para la nueva administración, incluyendo intimidación criminal y las luchas políticas internas. La reforma energética de la paraestatal ha constituido la piedra angular de la administración del recién inaugurado presidente Enrique Peña Nieto. Disminución de la producción de petróleo de México y las exportaciones tienen un impacto directo en el presupuesto nacional, que en cualquier año han dado fuentes entre el 30 y el 40 por ciento de sus ingresos. Las reformas tienen por objeto aumentar la producción de petróleo crudo y gas natural, tanto para el consumo interno y la exportación. Como resultado, para cualquiera que quiera enviar un mensaje claro a la nueva administración, Pemex es un blanco natural.

Análisis

A pesar de que los cárteles de la droga en México son el conjunto más poderoso, obviamente de los actores violentos, hasta la fecha se han abstenido de hacer tácticas terroristas. Sus operaciones se han mantenido perfectamente dentro de los límites de la violencia criminal diseñada para facilitar el negocio de las drogas. A diferencia de la decisión del cártel de Medellín, Colombia, para participar en actos de violencia politizada durante la década de 1980 y principios de 1990, las bandas de narcotraficantes mexicanos han mantenido en gran medida sus operaciones de desafiar directamente un blanco como la ciudad de México. Si los cárteles intensifican sus acciones a la violencia política, podría presionar al gobierno mexicano para invitar a las fuerzas estadounidenses en el país para combatir la amenaza, algo que estas organizaciones criminales desean evitar. Es posible que la administración de Peña Nieto está participando en negociaciones con uno u otro de los grupos delictivos de México, en un esfuerzo por detener la violencia, una acción que podría cambiar el cálculo de los cárteles. No hay evidencia para sugerir que un cambio haya ocurrido, pero si sale más evidencia a la luz que sugiere que los cárteles estaban involucrados en el 31 de enero una explosión, lo que indicaría un cambio significativo en la situación política y de seguridad de México.

Si la explosión fue de hecho un ataque, la explicación más probable es que puede ser luchas políticas internas. Los cambios que el gobierno de Peña Nieto desea implementar hará que Pemex sea más transparente y eficiente y lo más probable es socavar los intereses creados en la empresa. Notoriamente corrupta, Pemex ha sido acusado de ineficiencias y sus empleados de corrupción generalizada. Como resultado, cualquier reforma a Pemex probablemente hará que muchos pierdan su acceso privilegiado a los fondos económicos. Esto no quiere decir que la organización no tiene conocimiento de que los cambios deben hacerse. De hecho, la empresa ha intentado en los últimos años hacer una serie de cambios para aumentar la producción. Sin embargo, las recientes discusiones de que el nuevo líder de Pemex, nombrado por el gobierno de Peña Nieto, que despedirá a miles de empleados, han puesto una nueva cepa en la empresa, y en el líder del Partido Revolucionario Institucional, que tiene una estrecha relación con Pemex y sus dirigentes sindicales.

Sin embargo, la explosión fue muy grande para que sea un mensaje político derivado de una lucha de poder interna. Es posible que la explosión fue un completo accidente – una fuga de gas natural o de un transformador de soplado podría haber causado una explosión de este tamaño. De hecho, los informes de muchos medios de comunicación han señalado que había un pobre registro de mantenimiento, lo que sería una posible explicación. Si ese es el caso, entonces el incidente puede no tener consecuencias políticas importantes. Sin embargo, si fue un ataque, ya que los rumores así lo apuntan, indicaría un retroceso significativo en los primeros meses del gobierno de Peña Nieto.

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