El largo brazo de Juan Millán

CONTRA LA PARED

SIGUEN MONTADOS EN SU MACHO los organismos que reclaman y exigen que se les otorguen los recursos que según afirman, están comprometidos presupuestalmente para que lleguen a sus arcas. Se trata de un grupo de entidades de carácter social entre las cuales destacan algunas que se dedican a la defensa de los derechos humanos, algunos colegios de abogados y hasta algo que se denomina “Alianza Alternativa Social para el Desarrollo Regional de Los Mochis”.

La cuestión está en que ya le buscaron por todos lados y ante la falta de respuesta, hurgaron en la Constitución local y encontraron que legalmente, hay motivo para apelar a la Auditoría Superior del Estado ya que el gobierno entró en desacato a lo establecido al artículo 86, que refiere que la autoridad no puede negarse a entregar recursos aprobados por otros poderes, en este caso el Legislativo.

Lo interesante sería que para efectos de transparencia, ambas partes abrieran las cartas y se supiera qué hacen y para qué utilizan los dineros oficiales dichos organismos. Que rindieran cuentas y se supiera si efectivamente, dichos recursos los aplican en causas de objeto social. No es que uno suponga, claro que no, que la lana que reciben (cuando se las dan) sirve para propósitos muy diferentes como serían compra de carros, casas, pago de deudas o manutención de “casas chicas”.

Luego pasa que algunos de los “dirigentes sociales” aparecen como candidatos a regidores o diputados suplentes o bien, los organismos en calidad de “abajo firmantes” en apoyo a candidatos.

Mientras son peras o son manzanas, una aclaración en todo lo alta valdría la pena.

NADIE HA PODIDO decir si es que hubo algún buen samaritano que le haya regalado un pastel de cumpleaños al muy festejado Arturo Duarte, quien se auto-organizó una fiesta que hasta Daniel Amador ya le envidia.

Sorprende que Duarte tenga tantos amigos y afectos, tal y como se pudo apreciar en las varias fotografías que muy atingentemente se publicaron en no pocos periódicos del Norte y Centro de Sinaloa. Ni siquiera pensar que se haya tratado de que acudieron “gorrones” o “gaviotas” y mucho menos, esos a quienes se les conoce como “acarreados”. Y es que juran y perjuran que no se trató de un evento político, menos de un acto anticipado de campaña.

Pos lo pronto, ya MALOVA le mandó el mensaje de que si quiere seguirse “festejando”, Duarte tendrá que renunciar a su cargo de Subsecretario de Administración.

EL LARGO BRAZO de Juan S. Millán alcanza aún como para colocar a quienes han sido sus grandes favoritos y protegidos. Encabeza la lista Abraham Velázquez Iribe, quien regresa a los escenarios ahora en calidad de delegado en Sinaloa de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, instancia que desde hace muchos años ha sido coto casi exclusivo para los seguidores del exgobernador sinaloense.

Mucha necesidad de trabajar no tiene Velázquez, quien durante dos sexenios se la pasó al frente de la muy próspera Secretaría de Obras Públicas en el estado, correspondiéndole incluso la muy sospechosa desaparición de la COCOSIN con todo y aquellos expedientes “quemados en un inesperado incendio.

Pero fue colocado en su nueva adscripción a manera de reiterar que “el jefe aún las puede” y como primer movimiento del grupo millanista. Veremos si viene la respuesta por parte del grupo de Jesús Aguilar Padilla.

Columna institucional

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