SEPYC: de la justicia Constitucional a la justicia virtual

“La Naturaleza es el teatro de una eterna carnicería, en que todo existe gracias al crimen”

Anatole France

¿Hay justicia en un país de desaparecidos?, ¿hay justicia en un país donde las compañías extranjeras se han apoderado de sus recursos naturales?, ¿hay justicia para los pueblos originarios despojados de sus territorios durante más de 500 años y que aún no cesa?, ¿hay justicia para las mujeres que padecen la violencia cotidiana de un sistema jurídico hecho por los varones?, ¿hay justicia en este país donde el hombre más rico de México levantó su imperio económico en el periodo neoliberal, y lo aumentó aún más en los tiempos de la 4T?, ¿hay justicia para los muertos, que de tantos, más que nación, esto parece un cementerio?

Ante tantos dolores acumulados nos hablan de un nuevo país, sí, pero sólo en la imaginación de quien habla por las mañanas. Por todos los rincones de nuestra geografía se presentan los desgarres de una sociedad doblegada por la violencia y la inseguridad, pero no sólo por esos factores, la clase política mexicana de un periodo y otro sigue siendo la misma, denota la continuidad en quienes conducen desde el legislativo las leyes mexicanas, sea como Senadores o Diputados.

Hablando de leyes, cabe preguntarse, ¿por qué mecanismos legales se mueve la Secretaría de Educación Pública? Recién el Gobernador del Estado ha destacado que en su gobierno se aplican los tres principios morales que sustentan a la 4T: “no mentir, no robar, no traicionar”, lo anterior explica la destitución de tres compañeros del movimiento de maestros, señalados por corrupción al asignarse horas y direcciones que no correspondían. El gobernador hace público el linchamiento sobre compañeros y compañeras que tras de sí se movilizan miles de maestros y maestras por transformar la herramienta de defensa laboral como es el Sindicato 53 en manos del Cacique Daniel Amador Gaxiola, al que, también en los medios, reconoce su íntima amistad, al igual que el resto de los exdirigentes sindicales.

Cuando nos reunimos con la titular en Educación, Graciela Domínguez, el lunes 13 de Febrero, al costado de su oficina, constatamos que los principios defendidos en público por el Gobernador, no aplican en sus funcionarios de alto perfil, ni siquiera en su persona, un día dice una cosa, luego otra, después hace lo contrario de lo que dice en uno u otro lugar.

Partiendo del presupuesto de transformar el estado, o específicamente la educación, nosotros como colectivo docente en una escuela primaria estatal en Escuinapa, interpusimos una queja de «acoso laboral» y «abuso de autoridad» ante SEPyC el día lunes 10 de octubre de 2022, nos atendió la entonces encargada de primaria estatales Graciela Grijalva, entregamos la documentación de doce maestros de quince, inconformes con el proceder de la directora; testimonios colectivos y personales, información de expresidentes y extesoreros de la APF, padres de familia de la comunidad de el Ejido La Campana donde existía un precedente de la acciones incurridas por la autoridad inmediata, firmas, en otras palabras, una radiografía de los últimos años, en especial de los meses en curso del problema, que contenían los argumentos suficientes para hacer valer nuestra causa, que sigue siendo la destitución de la directora y subdirectora.

Jurídico de SEPyC prolongó el estudio del caso, visitó dos veces la escuela para verificar los autores de los documentos, y no dio solución alguna, en un proceso jurídico el tiempo desgasta, más cuando el acoso se multiplicó hacia los docentes de la escuela “Profr. José G. Gutiérrez” por parte de la supervisión escolar 010, la jefa del sector VII. Nosotros como colectivo de trabajo lo denunciamos a la Secretaría, hicieron caso omiso, queriendo en todo momento conciliar a las partes, cosa que nosotros no estábamos de acuerdo en ceder, toda vez que la relación estaba rota, significa que no había vuelta hacia atrás, y no la hay.

El gobernador habla de tres principios, a nosotros la Secretaría de Educación Pública y Cultura, no sólo nos mintió, también nos traicionó. La mentira y traición no se quedó en omitir nuestros archivos que daban cuenta del acoso laboral, el abuso de poder, el desvío de fondos de la institución, y una dirección escolar enfocada a lo administrativo, no a lo educativo. Toda la información relevante que acusaba la irregularidad de nuestra escuela en esos rubros fueron escamoteada por una mano invisible (los intereses políticos ocultos), pero no sólo, hay cientos de escuelas que se mueven de manera irregular en función de los intereses de la dirigencia sindical, y no a los procesos de aprendizajes, como a cada rato fundamentan en la Constitución.

El artículo 3º de nuestra Carta Magna precisa una educación de calidad y humanista, ni una ni otra se expresan ante el abandono del gobierno de la 4T hacia las escuelas; las aulas quedaron estancadas en el siglo pasado, tan viejas como la pedagogía que se imparte en su interior; la organización escolar descansa en la jerarquización del personal y no en su horizontalidad, las relaciones al interior de las escuelas (y vale para la Universidad) están fragmentadas entre quienes tienen cercanía con los líderes sindicales, la clase política y gobernantes y la mayoría que vive centrada en su vida laboral, por lo tanto excluidas en la toma de decisiones.

Ni el Estado asume su responsabilidad con la educación, ni la SEPyC lo propio para regular las escuelas donde reina el despotismo, el autoritarismo y la ausencia de un proyecto escolar centrado básicamente en alfabetización y pensamiento matemático; ni al Estado le ha importado la trascendencia educativa (pareciera que es un adorno más); ni a la SEPyC los procesos de aprendizajes de los niños. La política educativa de la 4T es puro humo, pura verborrea, discurso, abstracción; fracaso.

Nosotros vivimos en carne propia “la irresponsabilidad” de la SEPyC bajo la dirección de Graciela Domínguez, cinco meses en un conflicto donde se pasó de la apertura de la ventana de comunicación a la simulación de un dialogo inexistente; nosotros, el colectivo docente, pasamos de manifestar una queja delicada de «acoso laboral y violencia institucional», a desestimar nuestras pruebas porque somos responsables del bajo nivel educativo de la institución en la laboramos.

Cinismo corre por las venas de la SEPyC, los docentes somos responsables de lo que nos corresponde, pero no de la descomposición de la sociedad sinaloense, de los altos índices de violencia, de la fragmentación familiar. No somos responsables que el Estado reduzca el presupuesto de la cultura y limite a las escuelas a lo administrativo. No somos responsables de los años de pandemia, generando un rezago aún mayor. No somos responsables de ver las escuelas como botín político para los partidos, tampoco que exista el cacicazgo por una cúpula que se ha enriquecido de manera inusual con la representación del magisterio, ni tampoco somos responsable que se trafiquen con las plazas. En otras palabras, no somos responsables de un contextos social e histórico donde lo que menos destaca es lo educativo, vaya, hasta la ONU en sus evaluaciones internacionales tiene registrado a México en los niveles más bajo en lo educativo.
Si de algo somos responsable que los padres y madres de familia nos lo demanden, y no los funcionarios y servidores que intentan explicar un problema como el de acoso, abuso de autoridad y violencia institucional, responsabilizando a la parte más vulnerable, a los docentes. El proceso educativo es complejo, y lo único irresponsable, es señalar lo que pasa en el aula como la única prueba a demostrar algo, cuando la sociedad en su conjunto pasa por una degradación incomparable en los últimos cincuenta años, quizá lo que sucede en las escuelas es un reflejo de lo que sucede afuera en la sociedad, una sociedad enferma, desenfrenada, descompuesta, a la que se le venden esperanzas cada coyuntura política.

¿Se hará responsable Graciela Domínguez de la omisión de nuestro problema escolar?, ¿se hará responsable el Gobernador Rocha Moya de haber perdido la seguridad de los ciudadanos en aras de navegar en el mar de la indiferencia?, ¿se harán responsables ambos que han fracasado apenas iniciando sus respectivas gestiones? ¡Shhh!, pero no le digan que han fracasado, no le digan que hacen, precisamente lo mismo que sus predecesores, corren el riesgo de ser denostados de conservadores y traidores a la patria.

El miércoles 22 de febrero montaron el escenario ideal para coronar la farsa que representan en esta obra llamada «la tragicomedia mexicana»; y ya que el gobernador definió que sus amigos son los enemigos de la educación, confía más en quienes han delinquido con los espacios educativos que con los maestros que luchan por su democratización. Desde muy temprano por conducto de la supervisora María de Jesús Moreno Santos, bajo la indicación discreta de la Jefa de sector, Claudia Cano, la Coordinadora y Delegada Sindicales, los guaruras de la supervisión (hombres tenían que ser, las mujeres son las que piensan), las madres aleccionadas para que hablaran mal de los maestros y maestras de la primaria “Profr. José G. Gutiérrez” en Escuinapa, el escenario estaba puesto para el regreso de su majestad, la directora removida, pero no contaban con el jugador número 12 que, con sus matracas, gritos, banderas y fidelidad, cambiaría la balanza del partido; el talón gris se cayó, el tablado medieval se partió, y vuestra majestad tendrá que posponer su coronación, si es que hay una segunda ocasión, el títere y el titiritero fueron abucheados y decidieron renunciar a la compañía de teatro; fueron derrotados.

En su falsa comedia de imitar al Ejecutivo nacional, con gestos grandilocuentes que denotan la sobreactuación, el Gober (no precioso) ha pospuesto para otra época los tres principios rectores del proyecto político-social llamado 4T. Aquí se ha mentido, se ha traicionado y se ha robado la esperanza que miles depositaron en un proyecto que decidió caminar junto con los enterradores de la educación, en lugar de hacerlo con sus mejores aliados; los maestros y maestras que luchan. Fuera del gremio, crece el descontento, “los fieles” empiezan a murmurar, cuestionar, disentir.

La experiencia con la SEPyC es la experiencia que han tenido otros gestores, luchadores, movimientos e individuos, sean ambientalistas, feministas y demás grupos o individuos que en la práctica han desmitificado la supuesta inclinación a la izquierda del partido Morena, nunca ha sido, ni fue, ni será. Nació del imaginario priísta, y priísta seguirá siendo.

El mecanismo de justicia que propone la SEPyC para los docentes que padecen los atropellos de la dirigencia sindical o administrativa es la justicia de las redes sociales. Cuando hay una disputa en el inacabable mundo del ciberespacio, hay quienes apoyan a uno u otro bando con sus likes y comentarios, y quienes más likes reciben marcan la tendencia, el problema de esta forma de ejercer la justicia es que se dejan de lado las causas que originaron el conflicto, se descartan las argumentaciones de ambas partes para centralizarse en las preferencias.

Nosotros como colectivo de maestros fuimos víctimas de este mecanismo implementado por la SEPyC que, dicho sea de paso, favorece a los agresores, sobre todo cuando tienen el respaldo de la estructura sindical, el Cacique, el Gobernador y la propia Secretaría.

Tuvimos que apelar al viejo símil del Tigre que tuvo su efecto para decidir las elecciones de 2018, soltarlo o desamarrarlo para que con su paso devastador mordiera a la serpiente venenosa. Ya se dijo antes, la Secretaría montó un circo para implementar la justicia en una escuela que venía padeciendo el acoso laboral desde años, y fueron los padres quienes respaldaron a las maestras y maestros; ellos y ellas, pensamos, han definido la balanza, aunque no el resultado.

Es una pena que todo el aparato jurídico que dispone la SEPyC no sirva ni para preparar un buen café, menos para aplicar la ley que es lo que estudiaron por años. ¿Para qué simular atender las demandas de los trabajadores de la educación con respecto a la violación de sus derechos si no darán cauce a los mismos?, ¿para qué tanto ruido transformador si al fin y al cabo son lo padres y madres quienes resolverán los conflictos? La SEPyC funge como ente simulador para repartir justicia en los servidores de la educación, si la consigna del Gober (no precioso) es que no salgan a la luz pública los conflictos, “orden y progreso”, lo que está provocando es, por un lado el enfrentamiento entre docentes que defienden el Sindicato contra quienes luchan por democratizarlo; y por el otro colocar una fachada mientras llega la elección federal para ganarse adeptos a sus corcholatas locales, catapultándolas hacia otros puestos que oculten y protejan sus terribles omisiones.

Justicia virtual le llamamos a los procedimientos utilizados por la SEPyC, al margen de la Constitución, al margen de la legalidad; si no llevas un video donde se te violente la integridad como persona sujeta de derechos, no tiene validez como prueba. Si hace más de cien años los hermanos Flores Magón, por cierto, el Ejecutivo nacional lo utiliza de fondo en sus mañaneras, decían de manera certera; “la Constitución ha muerto”, hoy, junto con el recuerdo de quienes precedieron con el pensamiento y la acción el surgimiento de la revolución, decimos nuevamente: la Constitución ha muerto.

Ahora, con señales como la enviada la SEPyC, el Gobernador Rubén Rocha Moya y, el Presidente de la República (a él abordaremos en otro momento), es decir, el proyecto de justicia de Morena como partido y la 4T, sea juntos o separados o en alianzas con otros partidos es ausentar la justicia en los dolores de los trabajadores del campo y la ciudad, de los llamados asalariados, o trabajadores del Estado con bajos ingresos como los maestros de educación básica.

La 4T es una entelequia construida en el aire, y si se piensa que por el caso el García Luna la realidad ha cambiado, esa realidad nos sigue despedazando día con día con los altos precios de la canasta básica de alimentos, el crecimiento del desempleo, la violencia en todos los niveles y rincones, el adelgazamiento en el presupuesto a la cultura, la ciencia y la educación, la persecución a quienes piensan distinto, y la prohibición a pensar críticamente, so pretexto de ser considerado de derecha, cuando precisamente, la tradición de la izquierda en el mundo se alimenta del pensamiento crítico, del análisis y la discusión de todo lo que nos rodea, incluso de nuestras propias miserias.

La justicia de redes sociales, de likes, de tendencias virtuales ha desviado de su camino la justicia real, concreta, de investigación científica sobre cada problema entre personas o grupos de personas; herramientas las hay, lo que no hay es voluntad dado los intereses políticos en juego.

Nosotros tenemos el ejemplo del fútbol, si una jugada en el área chica expresa una mano del defensa, el árbitro debe señalar penal. Ahora con el VAR (sistema de inteligencia para ver milimétricamente las jugadas para juzgarla sin equívocos) el árbitro tiene más visión para emitir una decisión, corregir o confirmarla, se ha visto que, a pesar de los recursos de las cámaras, la última decisión la tiene el árbitro, puede interpretar una mano no deliberada, o en su defecto una mano intencional, el público mira esa jugada en el estadio, los asesores desde la cabina también, pero el árbitro decidirá a favor o en contra de la mano del defensa.

Nuestro problema de casi cinco meses es parecido si lo ejemplificamos con el fútbol, y luego dicen que no tiene nada que ver con el mundo dramático en el que nos desenvolvemos porque es el opio del pueblo; más del 95% de los padres y madres de familia respaldan a los y las maestras, existe una causa penal que la SEPyC pasó desapercibida, los elementos ahí están, ya conocen las versiones de las partes, le toca a Graciela Domínguez rectificar su postura, no en relación a quienes le rodean, sí en relación a las pruebas mostradas de uno y otro lado; corregir los errores que ha cometido (junto con su VAR Jeovana Palazuelos, jefa de lo contencioso), desde aquel 5 de octubre que no quiso atendernos cuando el problema abrió el panorama en los medios de comunicación local limitando su respuesta a la trillada frase de violentar los derechos de los niños a la educación, pero olvidando los derechos que los maestros y maestras tenemos a ser tratados con respeto y dignidad en nuestro espacio de trabajo.

Toca a la SEPyC como árbitro en los conflictos educativos, decidir qué pitará, si desecha las pruebas entregadas por los docentes que legitiman su demanda, como ya se hizo con anterioridad, y se inclina abiertamente por las alianzas políticas dándole el fallo a los perseguidores de maestros y mercaderes de la educación; la dirigencia sindical de la Sección 53.

Nosotros no perdemos, jugaremos una y mil veces, resistiremos, esos nos han enseñado nuestros compañeros y compañeras jubiladas, hasta el último aliento. Sus alianzas maquiavélicas no nos provocan mareos porque siempre los hemos identificado como son, gente que busca los puestos. Si el fallo es a favor, sólo darían trámite a una causa promovida por los demandantes y que su proceder fue conforme a los caneles jurídicos establecidos, tampoco nos estarían haciendo un favor, y no pedimos que nos lo hagan, sólo lo que es su deber como autoridades.
Nosotros si ganamos, ganamos, y si perdemos también ganamos, hemos destapado de su máscara una impostura que otros y otras derribarán más temprano que tarde. Si marcan que no hay penal, irán perdiendo votos, es decir, seguidores de cara a la siguiente elección. Se reafirma, nosotros no tenemos nada que perder porque seguiremos donde estamos, en las aulas, pero fortalecidos con el apoyo de madres y padres de familia que sí reconocen el esfuerzo cotidiano; son ustedes quienes, respaldando la línea sindical pierden a aquellos que los llevaron a donde están, es decir, ganando pierden, y mañana también perderán promoviendo un proyecto político-social que murió en el vientre antes de ver la luz.

Profr. Cruz Antonio González Astorga

Escuinapa, Sinaloa. Martes 28 de Febrero de 2023.

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