Por Cynthia Valdez
Seguramente que cuando sus viajes a la ciudad de México, ni Mario López Valdez ni Domingo Ramírez Armenta utilizan los servicios de Uber. Un auto con chofer que les envían estará a sus órdenes, evitándose así la molestia de andar en taxi para sus muchas tareas por cumplir.
Que si no es en la ciudad más grande del país, menos usarán el taxi en ciudades del estado y menos podrán saber que en Sinaloa, el servicio de taxi es malo y caro. Quien intente rebatir lo anterior es porque o es concesionario, líder sindical o dueño de autor “piratas”.
López Valdez dio un “no” a Uber aduciendo apego a la legalidad, al estado de derecho pero de la defensa al ciudadano ni una palabra, de eso, mejor no hablamos.
¿Sabrán que Uber llega a Culiacán cobrando 97 pesos del aeropuerto al centro, servicio por el cual los taxis “tradicionales” cobran 250 pesos?
¿Sabrán que Uber ha servido para abatir considerablemente diferentes tipo de delitos en las ciudades en que ofrece sus servicios, felonías en las cuales conductores de texis, o aparentes taxis, estaban involucrados?
¿Sabrán que Uber ha venido ayudando a combatir la “piratería” en el ramo del servicio público?
Antes que nadie, las autoridades del estado rechazaron la entrada del servicio internacional de taxis, un “no” sin dar más explicación que el “no han hablado con nosotros” que no faltó quien entendiera como el “pase de lista” por el que algunos funcionarios salen beneficiado$.
Que si apego a la legalidad, recordar que Sinaloa es uno de los solos estados de la República en donde se halla vigente la anacrónica figura de la concesión en materia de transporte público, misma que durante años ha venido generando monopolios que están en manos de líderes que nada tienen de honorables y sobrados exfuncionarios y políticos.
El transporte público y las garras de los cacicazgos locales en control de permisos y concesiones. Aparecen los impresentables que como Miguel Luna Ley, quien se asume como representante de la franquicia CTM muchos años casi-propiedad de Juan S. Millán, hoy sale a defender a “sus agremiados”. Los poderes fácticos del sector saliendo a escena, es hora de proteger “sus derechos” que puede y sean sus privilegios.
No hay tiempo para hablar de competitividad o fortalecimiento del sector, con lo que tenemos nos vamos y es que a tres meses de culminar la administración malovista, más vale terminar la fiesta en paz.