Por Griselda Caro
El día que llegué a la Ciudad de México lo hice empujada para participar en la Marcha del Orgullo de este sábado 29, pero me agarró la votación del Congreso del Estado de Sinaloa, aunque ya lo esperábamos, no pensé que estaría ausente, busqué trasmisiones en vivo y encontré una, escuché todos los comentarios de todas esas personas que se manifestaban en contra del matrimonio igualitario, no hay mucho que decir.
La trasmisión duró tres horas y media, no quise despegarme ni un segundo, pues cada momento era importante, también tenía a mi amiga Marce informándome sobre las cosas que yo no podía observar desde una pantalla de celular, por ejemplo, que alguien quebrara una puerta de vidrio para poder pasar él y sus acompañantes.
Al llegar la votación terminé decepcionada, no era posible que en Sinaloa se violaran los derechos humanos, no era posible que diputados de morena quiénes se comprometieron en este asunto hayan dado la espalda, lo más vergonzoso fue que la misma persona que tiene el encargo de CDDH haya votado en contra de un derecho humano, también alguien que dice declararse abiertamente homosexual y que se hizo publicidad en la Sexta Marcha de La Diversidad del pasado sábado se haya ausentado y no de la cara a sus seguidores y a quienes depositaron su confianza en ella.
Me sentí frustrada por no estar ahí, por no poder gritar con mis amigas, con mis amigos, con mis compañeras de colectivo, por no poder abrazarlas en el momento que dejaron caer lágrimas al escuchar que no tendrán un derecho básico que todo ser humano debe tener, por no poder responder todos esos insultos que las personas en contra les hacían.
Había quedado de ir a Texcoco con una compa, pero estaba tan triste y enojada a la vez que no tenía cabeza para salir.
Cuando miré en la trasmisión que todos se estaban yendo, le marqué a mi amiga Marce, a Tiago, a Mariel, nadie respondía el teléfono, comprendía, nadie tenía cabeza para nada, todos estábamos iguales.
No me podía quedar sin hacer nada en casa, no podía estar sólo leyendo publicaciones tristes de mis amigos por las redes sociales, no podía ver gente festejando esto, algo tenía que hacer yo, pero no sabía qué.
Le marqué a una compa de Guadalajara que actualmente está en la ciudad, le pedí apoyo de juntar gente y de manifestarnos por lo que acaba de suceder en Sinaloa, pero esperé muchas horas y no tuve respuesta.
Busqué en Google Maps la ubicación de la Sede Nacional de Morena, supe qué metros tomar, no conozco mucho de la ciudad, caminé por la colonia donde me hospedo en busca de una papelería, cinta y plumones, la encontré retirada, desgraciadamente, me agarró la lluvia y me tocó bañarme con todo y cartulinas, pero no importa dije, esperaré hasta que se sequen, lo hice, esperé más de una hora, no se secaron del todo, pero funcionaron bien para escribir, aunque no sabía exactamente qué poner, Tiago Ventura me guió.
Tomé camino a la Sede de Morena, me di cuenta que mis datos se terminaron, pero podía llegar como lo recordaba en el mapa, en realidad, salí por una puerta equivocada de la estación de Metro Viaducto y me tocó caminar varias cuadras a dirección equivocada, después de preguntar tuve que regresar a la misma estación y continuar el camino bien.
Llegué, observé el lugar, la verdad, pensé que era feo para tener la presidencia de México.
Pegué las cartulinas y tomé varias fotos junto a un vídeo para evidenciar en redes sociales que vamos a seguir luchando por los derechos de todas las personas.
Tiago subió las fotos al día siguiente, y no pensé que llegaran a meter presión, ese mismo día fui a la Sede de Morena de nuevo para verificar si las cartulinas seguían pegadas, lamentablemente, las habían quitado desde temprano, según testigos vecinos. Volví a enojarme, y volví a pegar cartulinas, tomé una foto e hice una publicación en mi cuenta personal de Facebook:
“Gracias Morena Con México por haber quitado las cartulinas en donde se mencionaban los diputados de Morena Sinaloa por vulnerar los derechos de los humanos.”
Las veces que tú las quites, son las mismas veces que yo las voy a poner hasta que cumplas.”
Y sí, sostengo lo público, voy a seguir evidenciando lo que pasó en mi estado durante mi estancia en esta ciudad.
Algunos medios publicaron que fue un grupo de personas de la comunidad quienes habían pegado esas cartulinas, pero en realidad fui yo sola, y espero que la siguiente vez logremos juntar un grupo para poder manifestarnos y que nos escuchen, que se sepa que Sinaloa no es un Estado Laico, que se sepa que sus diputados dieron discursos religiosos en vez de legislativos.