“No fuimos hechos para soportar el dolor de la pérdida. Nuestro modo de ser, difícilmente convive con la idea de perder personas que amamos. Es como si nos arrancaran algo que nos pertenece… sentimos que nuestra alma sangra, y lo que es aún peor… no podemos expresar este dolor con palabras… El Dolor no se explica… no es tema de conversación, el dolor se sufre… se siente… se vive”.
Curiosamente es lamentable ver que si te estás muriendo, de repente todo el mundo te quiere. La actuación de la hipocresía entra en acción porque como siempre hay personas que desean que te caigan todo los males de la vida ya no es así, por obra de magia ya les caíste bien y hasta te saludan.
Y luego cuando ya no estás, entonces es cuando nos quitamos la venda de los ojos y descubrimos que cuán equivocados estábamos en nuestra apreciación porque hasta entonces nos dimos cuenta que fuiste una gran persona en tu paso por esta vida y empiezan a descubrir todas tus bondades y cualidades, cuando en vida te hicieron ver tu suerte.
Por supuesto que la anterior apreciación está sujeta al punto de vista personal de cada uno de nosotros, quizá la partida no es una luz sino una venda que nos hace ver virtudes donde antes existían defectos, por eso nada más cierto que el dicho “el diablo no era diablo sino un ángel”, pero siempre el dolor será la medida que se tiene del recuerdo del que se fue.
Autor: Litos
Nuestra muerte es la sábana que cubre nuestros defectos…