Sobreviviente de una estirpe de malditos, Francisco Aceves Urías –el último nombre con el que sería identificado-, alias “Barbarino”, había logrado capotear todas las guerras entre narcos, dedicándose además a negocios lícitos, que le permitieron bajar recursos de programas federales y estatales. No solo el crimen paga. Pero al viejo pistolero se le complicaron las cosas al ser vinculado con el robo de combustible en el Évora y, además, con el asesinato de un vecino de la comunidad de La Lapara, Badiraguato.
Por Cynthia Valdez y Martín Durán
Culiacán, Sin.-A pesar de contar con antecedentes penales por homicidios y robo agravado (confirmado por la Procuraduría), Francisco Aceves Urías, “Barbarino”, recibió apoyos económicos de parte de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca del Gobierno de Sinaloa, y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para proyectos que implementó en el municipio Badiraguato.
Aunque la Procuraduría General de Justicia asegura que “Barbarino” usaba tres nombres –Francisco Aceves Araujo, Francisco Aceves Urías y Francisco Aceves Avilés-, los apoyos de Progran y de la Sagyp los recibió como fue identificado el lunes en que fue asesinado al salir del lujoso restaurante Cayenna, ubicado por el bulevar Francisco Labastida Ochoa.
Según el padrón de beneficiarios de Sagarpa del programa Progran para los ganaderos, Aceves Urías recibió en 2012 17 mil 820 pesos. Y aunque parece poco, se le dio más que a otros ganaderos que vienen en la lista.
En el padrón le aparece que es dueño del predio Rancho Aceves, ubicado en Badiraguato. Dichos apoyos se otorgan en virtud del número de cabezas que el ganadero tenga.
Uno de los requisitos para acceder a estos recursos federales es estar en la lista nacional de criadores de ganado, por lo que “Barbarino” debió tener todos los registros en regla como productor para obtener los beneficios.
Además, en la SAGYP aparece en la lista de proyectos autorizados para el giro hortícola, bajo el nombre de “material vegetativo”, del Programa a la Inversión en Equipamiento e Infraestructura como se muestra en la tabla siguiente:
El Viejo Barbarino, relata un familiar, decidió desde hace aproximadamente una década volcarse a otras actividades toda vez que el tráfico de cocaína ya no le generaba tantas ganancias y cada vez resultaba más difícil burlar a las autoridades de México y Estados Unidos por lo que optó por dedicarse a actividades relativamente más sencillas y redituables que las drogas y los ajustes de cuentas.
Así es como de narcotraficante logró insertarse en la sociedad como lo han venido haciendo otros grandes capos de la mafia como nunca antes, manejando empresas, generando empleos y ofreciendo servicios sociales en sitios como en la sierra donde el gobierno no se hace presente.
De acuerdo con pobladores de Badiraguato, “Barbarino” tenía varias huertas de aguacate hass y otras más de limón persa ubicadas en Pericos, Costa Rica, las comunidades de Terrero y su rancho donde era oriundo Paredes, Badiraguato, la cual da un producto que llevó a importar a otros países como Holanda.
Realizaba de manera constante viajes a Centro América y también a la ciudad de Guadalajara dond afianzó sus negocios en el ramo de la agricultura tras las relaciones que logró en altas élites federales tras su compadrazgo con El Chapo y El Mayo.
Fuentes del gobierno estatal señalan que el antiguo pistolero del cártel de Sinaloa también logró bajar recursos federales para el desarrollo de pozos profundos en la sierra badiraguatenses.
“El chaparrito era muy bueno para los negocios, tenía un trato amable con la gente, imponía su forma de hablar con su voz rasposa como de fumador. Aquí (Badiraguato) se le respeta mucho al señor”, narró un vecino.
De hecho durante la administración del ex presidente municipal de Badiraguato Ángel Robles, “Barbarino” logró a través de sus gestiones la electrificación del rancho Paredes donde nació parte de su familia.
Actualmente el pistolero se encontraba en pláticas con funcionarios para llevar electrificación a la comunidad de Terrero que se encuentra contigua de su rancho natal.
El sicario empresario
“Barbarino”, en su dilatada vida, no solo supo matar. Entre los crímenes violentos que se le atribuyen fue el asesinato del subdirector de la Policía Municipal de Culiacán, Eduardo Verástica Valenzuela, allá por 1993.
Por años, su corrido “Regalo Caro” formó parte del imaginario colectivo sinaloense, por aquellas coplas que cantaban la virtud del pistolero leal al patrón, humilde y arrojado.
Pero “Barbarino” no solo se dedicó el mundo del hampa. Además del ganado y los huertos en la sierra de ensueño, también hizo dos empresas de grúas.
Una de ellas se encuentra en Costa Rica, en donde se compró una casa y solía ir de vez en cuando, y otra más en la sindicatura de Pericos, Mocorito. Ambas pueden localizarse en la sección amarilla, con número telefónico incluido.
La Policía Ministerial del Estado, desde hace un par de años, había detectado que él y su gente se estaban dedicando al robo de combustibles en la región del Évora, providencial por encontrarse ahí los ductos de Pemex.
Este negocio ha crecido exponencialmente en Sinaloa, incluso lo ha llevado a encabezar a nivel nacional como el estado más ‘ordeñado’ por el narco.
La lucha entre diferentes grupos del mismo cartel tras la captura del Chapo ha sido constante.
Según informes del gobierno estatal, Barbarino y su hijo controlaban el robo de gasolina en ductos del Limón de los Ramos, Pericos y Culiacán.
El ataque del Chuyón Loco
Se sabía que tarde o temprano pasaría un enfrentamiento a balazos entre “Barbarino” y Jesús Alonso Rivera Ruiz, mejor conocido como El Chuyón Loco originario de la Lápara, Badiraguato, pues tras varios desencuentros verbales en fiestas privadas el duelo se veía venir.
Y fue así como el 7 de noviembre de 2013 El Chuyón Loco le pegó dos balazos a “Barbarino”; sin embargo, la experiencia de sicario no dejó ir ‘limpio’ a el Chuyón quien fue trasladado de urgencia por sus mismos escoltas a la clínica Santa María en Culiacán.
El pleito no quedó ahí pues “Barbarino” envió tres días después a un comando para que rematará al Chuyón quien estaba convaleciente en el nosocomio y era custodiado por varios de sus hombres.
Una de las imágenes que se recuerda de ese 10 de noviembre del 2013 es la del pistolero que custodiaba al Chuyón en el interior de la clínica quien portaba un rifle de disco con lanzagranadas fue sacado a ‘rastras’ por el grupo armado al exterior y ejecutado a balazos.
“Barbarino” residía en Culiacán junto con su familia, al rancho solo subía a supervisar sus huertas, por lo que fue blanco fácil para sus ejecutores, recuerdan pobladores de la sierra.
No traía escoltas pues debido a su jerarquía tenía un gran respeto dentro de la organización. En los últimos años en actividades del cártel no estaba activo: estaba enfocado en sus negocios ‘lícitos’.
Con su familia de Culiacán celebró los 15 años de su hija a la salida de Culiacán en la Hacienda Ilusiones, echó ‘la casa por la ventana’, cuentan amistades fue amenizada por la Banda El Recodo y Los Tucanes de Tijuana.
En dicha celebración asistieron personalidades importantes del hampa como los hijos del Chapo Guzmán y del Mayo Zambada así como empresarios con los que se relacionaba “Barbarino”.
