Breve Intervalo
Rafael Báez
Con relación a los esquemas de seguridad para Sinaloa ¿qué va a hacer Quirino Ordaz Coppel para mover mandos y organizar las estrategias operativas para prevenir y perseguir delincuentes?
Por supuesto que primeramente la clave de esto será el nombramiento del nuevo Secretario Estatal de Seguridad Pública, con las características que el gobernador electo ya ha mencionado en ocasiones anteriores como son: responsabilidad y perfil para el cargo, donde se involucren de manera coordinada y efectiva las policías municipales y estatales para propiciar agrupamientos que sean más eficaces y eficientes en el desarrollo policial.
Sinaloa no es una tarea sencilla en materia de seguridad pública, es cuestión de organización efectiva y mando con autoridad.
La sociedad lo aprobaría y le daría confianza. Sería conveniente que se siga insistiendo en la revisión de criterios de evaluación en los centros de confianza para que los nuevos ingresos de los policías no se sigan estancando y que ello produzca un debilitamiento en el estado de fuerza y se traduzca en una ventaja para la delincuencia.
El Estado no puede reflejar debilidad en sus instituciones policiales y en esto deberán contribuir sustancialmente los centros de Control y Evaluación de Confianza, ya que estas evaluaciones deben producir confianza en quien las realiza y no temor.
No todos los aspirantes que se evalúan en el ánimo de pretender ser policías son malos, o que no sean confiables. Por el contrario, se debe partir de un principio de confiabilidad y no de reprobación sistemática por circunstancias que son ajenas en muchos casos de los evaluados.
Por ejemplo, ¿cuál es la calidad moral de los evaluadores?, los cientos de preguntas señalan quienes han pasado por este proceso, que hay preguntas que son una ofensa a la dignidad y a los derechos humanos y no se trata de que no se realice este examen sino que sea apegado a las circunstancias sin lastimar la dignidad de la persona.
Claro que hay muchos policías buenos que han cumplido con su trabajo de manera positiva y por la realización de esta “prueba de confianza” no pudieron salir avante de la misma por cuestiones que en realidad son ilógicas, hasta risibles.
Por eso la pregunta; ¿quién evalúa a los evaluadores? Pero ¿cómo lograr que los policías vuelvan a ganarse la confianza de la sociedad? y es precisamente ahí donde el gobernador electo muy seguramente tendrá ya contemplado tratar de esforzarse en esto, empezando con verdaderos salarios que les permitan mantener ingresos limpios que puedan satisfacer las necesidades de la familia, dotarlos de viviendas dignas, se lo merecen, a veces se olvida que las 24 horas son policías y aunque estén en descanso no dejan de ser vulnerables y expuestos a cualquier situación.
Es cierto hay policías buenos y malos, pero si se quiere que la sociedad en lugar de tenerles temor se les vuelva a tener confianza, tienen que gozar de todas las facilidades para desarrollar su labor, ¿cómo es posible que con este calor infernal algunas patrullas no tengan aire acondicionado o si lo tienen no lo prenden porque la dotación de gasolina no se los permite?, son seres humanos que desempeñan una peligrosa profesión, aquí no debe haber distinciones.
Sí ha habido avances positivos pero apenas se empieza. El presupuesto para seguridad debe ser generoso. Iniciar una nueva cultura policial donde destaque la utilización del criterio con la ciudadanía común, a veces es más agradable una llamada de atención cuando se comete una infracción que aplicarla con dotes de prepotencia e intolerancia, por supuesto que no es una labor fácil pero hay que hacerlo, hay que eliminar ese mito de que se le tiene más miedo a un policía que a un delincuente.
Hay muchas expectativas en el nuevo gobernador pero todos deben participar, sociedad y gobierno, iniciar una nueva cultura donde destaquen los buenos policías y los que no anden bien recapaciten, sus familias serán las más agradecidas.