Hablar de la nueva reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, es hablar de una democracia pura, que incluye todos los derechos colectivos y el poder universitario recaiga del mismo y no de un grupo minimizado de directores y consejos universitarios, para preservar una línea política, compromisos y favores políticos.
Yo como estudiante universitario propongo una reforma a la Ley Orgánica, transparente, democrático e incluyente: sumando todas las fuerzas (planta laboral) y estudiantil, que se tomen en cuenta los derecho de los educandos, y tener la oportunidad de votar libre y democráticamente, así poder darle directriz al verdadero sentido de la Universidad: universo de ideas, y no de unos cuantos otorgados por los propios directores a su comodidad.
Maestros, estudiantes vamos exigiendo nuestros derechos como seres pensantes, no como seres oprimidos, somos universitarios pensantes poseedores de nuestro derecho fundamental, demostremos a la sociedad sinaloense, que en nuestra Alma Mater existe la pluralidad de ideas y somos multidisciplinarios. Vamos exigiendo nuestro derecho al voto democrático, como universitarios sí a la democracia y reelección de rectores pero que sea elegido colectivamente maestros y alumnos en general, no rectores, directores, consejeros universitarios impuestos por un solo hombre; nuestra sociedad siempre está en constante evolución y nuestros derechos también lo está, ya pasó los tiempos de la dictadura, imposición, una sociedad reprimida es un derecho sin evolución o paralizada.
No sólo hay que analizar la conveniencia de un pequeño grupo, una nueva reforma va más allá de los artículos 30, 32, 31 de la Ley Orgánica de nuestra máxima casa de estudios, que el poder universitario emane de su planta docente y estudiantil, con estas propuestas de reformas.
¿Dónde queda el poder del sector docente y del educando? La UAS tanto que pregona que es una institución muy legal, legítima, ¿existe la libertad democrática para elegir sus representantes con estas reformas?
La universidad fue formada gracias a las grandes revoluciones de ideas y compromisos sociales, es pues, quien hay que tomarlos en cuenta: la comunidad universitaria es quien debe de decidir y votar quien o quienes deberían estar en frente de nuestra casa rosalina.
Alberto Cruz Gómez
*Egresado de Sociología
Hasta cuando la comunidad universitaria seguirá agachada a la conveniencia de un grupúsculo que la administra de manera arbitraria, prepotente y clientelar